Las fiestas del Pilar de la Mola, que celebraron ayer su día grande, constituyeron un éxito masivo en cuanto a participación, pese a la lluvia que cayó con intensidad hasta minutos antes de iniciarse los actos. A las doce dio comienzo la misa, oficiada por el obispo de Eivissa y Formentera, Agustín Cortés Soriano. Al oficio religioso asistieron, entre otras autoridades, el alcalde del Ayuntamiento de Formentera y senador por las Pitiüses, Isidor Torres; la presidenta del Consell Insular, Pilar Costa; el primer teniente de alcalde, Enric Barot, así como destacados miembros del Cuerpo de la Guardia Civil y policía local.

Tras la misa, se celebró la tradicional procesión, a la cabeza de la cual se situó Torres. En el paseo se sacaron todas las imágenes que se guardan habitualmente en el interior del templo. Por un pequeño despiste, la procesión equivocó su recorrido e invadió parte del circuito ciclista en el que se disputaba una carrera de bike-trial; esta situación provocó momentos de confusión entre los ciclistas, aunque todo ello no afectó al desarrollo de ambas actividades, la deportiva y la religiosa. Una vez finalizada la procesión tuvo lugar una demostración de ball pagès, en la que intervinieron las tres collas de la isla: es Pastorells, sa Colla y es Xacoters. Mientras el numeroso público congregado en la plaza de la iglesia seguía con interés y agrado las evoluciones de los balladors, al mismo tiempo se ofrecía un convite popular en el que no faltaron las hierbas y las orelletes.

Acto seguido, las autoridades y parte de los asistentes acudieron a la casa cuartel de la Guardia Civil de Formentera, donde se efectuó una ofrenda floral a la Virgen del Pilar en recuerdo de los agentes caídos; posteriormente se cantó el himno del Cuerpo y, tras unas palabras del alcalde, se procedió a degustar el suculento bufete con el que obsequió la Benemérita a los asistentes.