Cuando el agua empieza a correr por encima de las aceras, vecinos y comerciantes empiezan a preocuparse. Foto: MARINA MART.

Las lluvias no son bien recibidas en el barrio de es Pratet. Los vecinos y comerciantes empezaron ayer a preocuparse cuando el agua superó la altura de los bordillos de las calles y los malos olores, que desgraciadamente empiezan a ser habituales, hicieron acto de presencia.

A partir de las doce de la mañana la situación se fue complicando y la Policía Local tuvo que acudir al lugar y cortar el acceso a la calle Carlos III. La lavandería, un par de bares y comercios y los apartamentos El Puerto son, como siempre, los primeros en notar los efectos que las lluvias producen en la zona.

«Nosotros ponemos en la puerta un tablón de madera, que ya lo tengo ahí preparado, y le echamos yeso. Esto es una vergüenza, pagamos los mismos impuestos que el resto de Eivissa y, encima, hemos tenido la calle levantada durante un año para nada», señalaba ayer la encargada de la lavandería del barrio. «Nosotros ya no aparcamos en estas calles. El coche se nos llenó de agua y todo se pudre», añade una vecina.

Sogesur, como hace siempre en estos casos, envía a sus operarios para que revisen la red de alcantarillado y, sobre todo, para que recoloquen las tapas que se levantan por la presión del agua. «La red de alcantarillado no tiene ningún problema, pero la de pluviales está interrumpida y el agua se sale», confirmó ayer el director de Sogesur, Emeterio Moles. Es decir, no hay solución posible mientras no se concluya la red de pluviales.