No disponen de un local para llevar a cabo las reuniones, pero la ilusión supera a los inconvenientes.

Juan, Jordi, Luis, Miguel y Manolo tienen pocas cosas en común excepto una afición que les hace aunar posturas: los bonsais. Juntos emprenden ahora el reto de formar un club de amigos a partir del cual puedan conseguir diferentes objetivos. Desde reducir los costes de una afición cara, a mantenerse en contacto con las novedades e informaciones vinculadas a este universo en miniatura u organizar diversos actos anuales como conferencias, exposiciones y excursiones. Dado que sólo en este núcleo inicial se alcanzan más de cien ejemplares, no es de extrañar la riqueza de cada una de las muestras que se realicen. La abundancia no es sólo un motivo de satisfacción sino que preocupa a la hora de buscar un lugar adecuado para ubicar la sede.

Por ahora los locales son las viviendas de los miembros, fincas o apartamentos aprovechados al máximo en sus posibilidades. Lograr los fines establecidos en los estatutos de fundación pasa porque en el momento inicial se afanen en describir la belleza y el arte de cuidar ese tipo de árboles a cualquiera que muestre cierto interés. Tal y como resume Juan: «En realidad se trata de una actividad que intenta imitar a la naturaleza en un espacio limitado por lo que, cualquiera que disfrute con ella, está abierto a nuestra asociación».

No obstante, el aprendizaje y el manejo de ciertas prácticas como el riego, la poda o el modelado de cada especie son los pasos previos e imprescindibles para cualquier iniciado.