El anterior Govern creó una línea propia de ayudas para la
rehabilitación de viviendas «a la carta» y absolutamente «opaca»,
de la que se beneficiaron empresas y personas «con recursos más que
suficientes para acometer por su cuenta la rehabilitación», según
denuncia el director d'Habitatge del Ejecutivo, Jaume Carbonero.
Según el alto cargo del Govern, está línea de ayudas no fijaba
ningún límite en la cuantía de las obras ni tampoco establecía
porcentajes de subvención en función de los ingresos anuales de los
beneficiarios, de forma que personas que ingresaban hasta 10
millones al año obtuvieron subvención.
En los archivos de la antigua Conselleria de Foment se
encuentran además varios casos de empresas promotoras de
rehabilitación que consiguieron la subvención a fondo perdido y
luego vendieron la vivienda a precio de mercado. Una de estas
empresas rehabilitó 27 viviendas en Palma y logró una subvención de
diez millones, según consta en los archivos de la Conselleria.
Jaume Carbonero explicó además que, con dinero público, se han
acometido rehabilitaciones «suntuosas». En la Conselleria se
dispone de fotografías de rehabilitaciones de pisos, segundas
residencias e incluso chalés en las que se han empleado maderas
orientales, acabados de mármol e incluso se han instalado
jacuzzis.
El director general ha anunciado una modificación de las ayudas
para eliminar los elementos más «regresivos». Durante el año 1999,
la Conselleria calificó un total de 182 actuaciones de
rehabilitación de este tipo, que suman un presupuesto protegible de
1.500 millones de pesetas, por lo que el montante de subvención
será de 324 millones de pesetas. Es decir, un promedio de
subvención a fondo perdido de 1'8 millones por vivienda.
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