Sebastián se ocupará de la estética del acto. Foto: MARINA MART.

El mismo reconoce que «no sabe de donde saca las fuerzas» pero un año más, y con ello se alcanza la cuarta edición, Sebastián ha logrado que la fiesta contra el sida sea una realidad. Le ha costado muchas llamadas, dedicación y satisfacciones «porque la gente se ha sumado a la iniciativa de una manera increíble. Parece que sólo tuviésemos que colocar una única pieza para que el puzzle encajara del todo». Aunque el esfuerzo le haya costado pesar dos kilos menos en apenas diez días, este peluquero de profesión y solidario por convicción aboga porque sea una celebración de carácter reivindicativo, de denuncia frente a la actuación de las instituciones insulares y una fórmula para lograr la concienciación de los asistentes.

Tres ambiciosos retos con un resultado nada faraónico: «Con que logremos que sólo una de las personas que acudan abrace a un amigo que padezca la enfermedad, me daré por satisfecho», comenta. La meta está en superar los 2436 invitados de la pasada convocatoria que se realizó en 1998. La parte correspondiente al dinero obtenido por el precio de las entradas (1.500 pesetas cada una si se consume una copa o 1.000 en caso de refrescos) lo gestionará Cáritas, «porque considero que es la única institución que se encuentra al lado de las personas que lo necesitan», señala. El cartel del evento, que comenzará a las doce en la discoteca Pachá, contempla nombres de djs como César de Melero, César del Río, David Moreno, Java, Seba o José Ribes. La Escuela de Danza de Marisol, además, actuará con varios números a cargo de las alumnas del centro. Todo ello dentro de una cuidada estética de la que Sebastián se ha ocupado personalmente.