El alcalde de Formentera, Isidor Torres, y el primer teniente de alcalde, Enric Barot, informaron que a partir de ahora «los ciudadanos deberán pagar las multas de tráfico y aparcamiento que les sean impuestas por la policía local». De esta manera, se rompe con una inercia de años en la que los conductores campaban a sus anchas y no pagaban las sanciones, en parte debido a que el propio Consistorio no tenía personal que se pudiera ocupar del asunto.

Todo esto es consecuencia de un escrito remitido el pasado mes de febrero por la delegada del Gobierno en Balears, Catalina Cirer, en la que se informaba que resuelve «asumir la competencia sancionadora que tiene atribuido el señor alcalde por las infracciones a las normas de circulación que se cometan en las vías urbanas de esa localidad», a tenor de la explicación del Ayuntamiento que alegaba «insuficiencia de los servicios municipales para llevar a cabo el correspondiente procedimiento sancionador».

Torres fue muy claro al afirmar que, a partir de ahora, «multa que se ponga, multa que se tendrá que pagar», y señaló que los sancionados que hagan efectiva la multa en el momento en el que se les impone «tendrán un 20 por ciento de descuento sobre el importe de la misma», añadiendo que si el infractor pasa por el Ayuntamiento a pagar la multa dentro de los cinco días siguientes a la infracción, deberán abonar el importe total de la sanción.