NIEVES IBARRONDO Tal y como empezó, el Rocío culminó ayer con idénticas ganas, espíritu y alegría a las que auspiciaron su inicio el pasado viernes. Sendas ceremonias religiosas en las respectivas convocatorias de Port des Torrent y Platja d'en Bossa y regreso hacia los lugares de origen, marcaron una jornada en la que miles de personas decían su adiós a la «Blanca Paloma».

Sant Antoni acogió por primera vez en su historia un multitudinario bautizo rociero en el que el cante y el baile apenas constataron la ausencia de las aguas del río «Quema» y el júbilo dio paso a una celebración que transcurrió en perfecta armonía. A las siete de la tarde se emprendía el regreso hacia la localidad tras dos días de fiesta y devoción.

Por su parte, la reunión auspiciada por la Casa Cultural Andaluza, entidad que preside Teresa Castro, congregó a medio centenar de personas en la eucaristía de campaña oficiada por Joan Bouzá, mientras el resto de los presentes continuaba en la romería. La participación del grupo cordobés «Alto Guadalquivir» puso la nota de color.

El balance en ambos casos era muy positivo, tanto por el ambiente reinante como por la participación de miles de fieles pese a que ni las condiciones atmosféricas ni la coincidencia de fechas con el certamen de moda Adlib, ayudaron a la ocasión.

Tanto el Ayuntamiento de Sant Antoni como el de Sant Josep han colaborado en la organización de ambos eventos con la adecuación de los solares donde se ha desarrollado la acampada.