Los padres de los niños no admitidos del colegio Puig d'en Valls manifestaron ayer su «decepción» por la resolución adoptada por la Conselleria d'Educació del Govern al recurso presentado por 11 padres de los 18 afectados, que se interpuso por la decisión del colegio de no admitirlos por falta de plazas y ofrecerle la opción de otros colegios, como Blanca Dona y Jesús.

Antonio Gordillo, uno de los afectados, opina que con la postura de Educació «se mantiene la injusticia de que tienen que salir de Puig d'en Valls». A su juicio, a Educació «no le interesa hacer una revisión» sobre la situación de las familias de los niños que sí fueron admitidos, ya que sostienen que «se ha admitido a gente de Eivissa y la mayoría de los no admitidos viven alrededor del colegio y eso no nos parece justo».

Respecto a la reubicación de los niños en otros centros, sostiene que «Blanca Dona está a más de un kilómetros, no a 300 metros». La decisión de enviar los niños a otros colegios no ha sido bien aceptada. «Nadie de Puig d'en Valls entiende esto, porque aquí nos conocemos todos y que no los admitan en el colegio no es normal», apunta.