Un equipo de cinco monitoras se encargan de proporcionar las horas de diversión que requieren los 70 niños que asisten estos meses de vacaciones a la escuela de verano que se celebra en el colegio de Sant Ciriac en Santa Eulària. Las clases, que comenzaron el pasado 1 de julio, continuarán hasta finales de este mes. Todos los padres, con sólo abonar 16.000 pesetas, están tranquilos porque saben perfectamente donde dejan a sus pequeños por las mañanas del verano.

Esta iniciativa lleva ya cinco años en funcionamiento y la organización corre a cargo de la Asociación de Padres de Sant Ciriac, con el objetivo que todos sus hijos puedan jugar en un sitio seguro durante sus vacaciones. «Lo mejor de estas clases es que los pequeños pueden aprender jugando y además asociarse con otros niños de su edad», asegura uno de los tres payasos que se encargan de que los jóvenes nunca se aburran.

Además de un grupo de monitores encargados de la animación infantil, la escuela de verano cuentan con la ayuda de dos chicas especializadas en la educación plástica y artística, que enseñan a los niños como hacer sus propios juguetes. Para ello se emplean, principalmente, materiales sacados del cubo de basura, lo que ayuda a inculcares algunas nociones sobre el reciclaje. Estos jóvenes, que comprenden edades de tres a ocho años, atienden el colegio de lunes a viernes de 9:30 a 14:30 horas. No hay ni un sólo momento para el aburrimiento. Así, los monitores se encargan de repartir las mañanas en la piscina o en el gimnasio, además de varias horas que se dedican a ejercicios de dramatización. Asimismo, los alumnos también se dedican a pasear por diferentes rincones de la isla gracias a las excursiones que se celebran regularmente.