La Cámara de Comercio, Industria y Navegación presentó ayer en Eivissa un informe ambiental sobre los campos de golf de Mallorca que concluye que, si se respetan las especies autóctonas y el patrimonio donde se ubican, los campos de golf «no son dañinos» y, en todo caso «sólo representan el cambio de uso de un terreno».

El informe, realizado por Jose Manuel Recio, catedrático de ecología aplicada de la Universidad de Córdoba, señala incluso que «el espacio verde creado viene a restaurar territorios ya modificados por el hombre», y que «ofrecen nuevos hábitats para la vida silvestre». El estudio asegura que «el gran contenido en materia orgánica en superficie inmoviliza la mayor parte de los nutrientes, sales y productos herbicidas y fungicidas». Esto significa que no hay peligro de filtraciones en aguas subterráneas, «ya que la repercusión de los riegos queda reducida a los primeros centímetros de la superficie».

Con respecto a la rentabilidad económica de los campos de golf, el estudio asegura que «ninguno de los cultivos analizados llega a superar al rentabilidad por unidad de superficie de un campo de golf».

En la presentación del informe estuvieron presentes Jose Colomar, presidente de Fomento de Turismo; Joan Bufí, presidente de la Federación Empresarial Hotelera; Lucas Torán, en representación del campo de golf de Roca Llisa y representantes de las patronales Caeb y Pimeef. Todos aplaudieron los resultados de este informe, que consideran «extrapolable a Eivissa», asegurando que demuestra que «se ha demonizado con exceso las consecuencias de construir un campo de golf».