«El poder de la mente». Con esta presentación tan misteriosa el profesor Rochy encandiló ayer por la noche a los asistentes a la carpa municipal instalada en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni. Un mentalista que hizo participar de su espectáculo a unas 25 personas del público. Adivinar la palabra seleccionada por una mano inocente de entre muchos fragmentos de papel prensa, cambiar los relojes de hora, ejercicios de telequinesia y demostrar una memoria asombrosa. Estos fueron los ingredientes que compusieron la receta final: un espectáculo encaminado a «emocionar a los asistentes», como señaló el propio mentalista.

«En principio la figura del mentalista puede dar miedo, pero has de presentarte ante el público como un artista para que no te vean como alguien superior a ellos. La clave está en la empatía, que surge ante la incredulidad que aparece en el espectador, que le invita a implicarse en el mismo. Cuestión de trato psicológico hacia las personas». Así explicó el profesor Rochy cómo conectar y hacer partícipes a los asistentes a sus espectáculos.

Este mentalista lleva 25 años trabajando en este ámbito. La televisión se ha convertido en el reducto donde ha desarrollado más su actividad en los últimos años. Entre otros, participó en el programa de variedades que grabó Tele 5 en el verano del 95 en Eivissa cuyo título era «Veraneando». Él se define como un actor que interpreta el papel de mentalista y asegura que conoció sus dotes adivinatorias cuando tenía 7 años, momento en el que su entorno le tenía como un niño prodigio fruto de su capacidad de memoria.

Un asistente a uno de sus espectáculos en Ecuador se acercó a él al finalizar la sesión y le solicitó que convirtiera a su nieto en blanco. Esta es la anécdota que más ha impresionado en su vida profesional al Profesor Rochy. Ayer en Sant Antoni nadie llegó hasta ese extremo, pero la actuación impresionó lo suficiente como para satisfacer el objetivo del mentalista.