El Govern ha planteado su rechazo a negociar con el Gobierno central el nuevo modelo de financiación autonómica con la cesión de las competencias en Sanitat como telón de fondo. El conseller d'Hisenda i Pressupost, Joan Mesquida, cree que esas negociaciones pueden «contaminar» el gran debate sobre la financiación autonómica y va más lejos al afirmar que una sanidad controlada por el Govern, «puede provocar un grave agujero en las arcas autonómicas», como ya ha ocurrido en Cataluña, Valencia y Andalucía. Mesquida, que presentó ayer las ideas que maneja el Ejecutivo con respecto al nuevo modelo de financiación, insistió es que, en estos momentos, «es más importante el cómo que el cuánto».

El conseller aseguró que su departamento ha calculado las diferentes opciones sobre las fuentes de financiación (porcentajes de IRPF e IVA, cesión de tributos, impuestos sobre consumo de energía, etc.), pero evitó formular una propuesta concreta e insistió en reclamar «participación en los ingresos, capacidad de gestión y capacidad normativa».

«La nueva fórmula de financiación», explicó, «debe contener varias características, como que considere la población de derecho real según los datos más actualizados, que considere adicionalmente una medida de 'población soportada', que suprima las variables de pobreza relativa y esfuerzo fiscal, que pondere de modo muy relevante la población en cualquiera de las dos variantes antes señaladas y que pondere con intensidad adecuada la actual variable de insularidad».

Según Mesquida, el nuevo modelo de financiación autonómica debe contemplar como criterio básico de asignación de recursos la población registrada en la actualidad, que supera los 800.000 ciudadanos, y la población flotante, unas 375.000 personas, porque «la actual aplicación a Balears de la población registrada en 1988 (679.000 personas) ha supuesto una pérdida de 25.000 millones de pesetas».