GUILLERMO ROMANÍ La nueva Asociación de Vecinos de la Mola y su correspondiente Comisión de Fiestas debutaron ayer de la mejor manera posible: un tiempo casi veraniego y una participación ciudadana más allá de todas las expectativas. Más de medio millar de personas estuvieron ayer en el Pilar de la Mola como participantes u observadores de los actos programados en una jornada bautizada como 'I Diada Esportiva a la Mola'. Pero hubo mucho más que deporte, ya que ayer se caracterizó por la gran participación de los formenterenses, en especial de los vecinos de la Mola.

La jornada empezó a los ocho de la mañana con una competición de pesca con caña. A las diez y media alrededor de 70 personas iniciaban su paseo a pie por el Camí de sa Pujada mientras que más de 40 ciclistas iniciaban su periplo por los caminos de la Mola para competir o simplemente pasear en un exigente circuito de mountain bike. Entre los participantes hubo gente de todas las edades, desde los más pequeños hasta las abuelas que recordaban ese camino como una paso obligado cuando debían bajar de la Mola. Junto a ellas jóvenes de casi 30 años, formenterenses que jamás habían pasado por él.

La denominada pachanga de fútbol-sala para veteranos deparó tres disputadísimos encuentros en los que brillaron algunos destellos de calidad de algunos de los participantes que fueron jaleados continuamente desde las gradas. Mientras ello sucedía, el personal tomaba posiciones en el pinar lindante a la pista para preparar los posteriores espectáculos y la paella de rigor. Pero antes tuvo lugar un concurrido concurso de vi pagès, donde se sometieron a examen del público 14 muestras de caldos que hicieron que los porrones se vaciaran una y otra vez.