El buen tiempo y el buen ambiente presidió la subida a sa capalleta d'en Serra el segundo domingo de Cuaresma.

ÓSCAR DELGADO El segundo domingo de Cuaresma coincidió con la excursión que cada año la comisión de fiestas de Sant Josep de sa Talaia organiza a la capelleta d'en Serra apenas con una semana de antelación al día de su patrón, que se celebra el 19 de marzo. Un centenar de personas respondió a la tradicional convocatoria, que partió desde la carretera de Benimussa. A las doce del mediodía la comitiva llegaba a la cima, donde se celebró una misa solemne antes de completar la ascensión hasta la capilla.

El tiempo era favorable. En un día que vaticinaba que la época primaveral está cerca, los excursionistas comenzaron la ascensión hacia la capelleta desde el pou d'en Benet a las once de la mañana. Aunque no todos llegaron a la cima andando, ya que los vehículos se convirtieron en el recurso más empleado para ascender las exigentes rampas que conducen a este templo religioso ubicado en el término municipal de Sant Josep. Los asistentes acudieron a la cita con bolsas, neveras y mochilas, lo que hacía entrever que tras la visita comerían en el lugar.

Dicho y hecho. Al finalizar la misa y el saludo al santo que preside la capilla, los asistentes comenzaron el descenso que les conduciría a una explanada que serviría de improvisado merendero. En el transcurso del camino hubo tiempo para que apareciera la anécdota. Y es que el terreno empinado propició los inevitables resbalones. Las lluvias caídas en días pasados habían dejado el terreno escurridizo, lo que motivó que muchos se dieran con los huesos en el suelo. Aunque todo se quedó en pequeños sustos sin consecuencias.