La salida a la calle permitió que algunas entidades, como la Asociación de Personas con Necesidades Educativas Especiales, de reciente creación, se diera a conocer. Otras, como la Asociación de Padres de Niños Discapacitados, una de las más veteranas, pidió la colaboración de todos para poder realizar un censo real sobre el número de discapacitados en Eivissa.

Esta muestra ha constituido una plataforma para las reivindicaciones, como el del colectivo Latinoamericanos que, además, de ofrecer información sobre países como Colombia y Ecuador, está recogiendo firmas para que haya un viceconsulado de Ecuador en Eivissa y en contra de la Ley de Extranjería. Sus reclamaciones son muy coherentes: «Queremos que nos apliquen descuentos en los billetes , queremos papeles porque pagamos los mismos impuestos que los españoles», sostiene Dolores Ceballos. La exclusión no se encuentra en la filosofía de la Asociación de Magrebíes en Eivissa, que quiere dar a conocer su cultura, ofrece clases de castellano para niños magrebíes y realiza labores de mediación social. También mantener la identidad cultural es uno de los objetivos del Institut d'Estudis Eivissencs.

La ONCE nos puso a más de uno a prueba con el simulacro de una calle que evidencia los obstáculos con los que se encuentran cada día. Exhibieron libros en relieve, un despertador para ciegos, un ordenador con pantalla aplicada para las deficientes visuales e invitaron a los participantes a descubrir la frase escrita en el sistema Braille. La presidenta de la ONCE en Eivissa, Mari Carmen Soler, se mostró satisfecha de la participación de la gente. De la misma manera pensaba Hazel Morgan, presidenta de Amics de la Terra, una organización ecologista, que consiguió recaudar 30.000 pesetas para El Salvador.