Más conocido como 'Job', Javi Orvae es uno de los pintores a aerógrafo ibicencos más conocidos y con mejor reputación en la isla. Sus creaciones pueden verse en cascos, carcasas de móviles, carrocerías de motocicletas y hasta tapas de WC donde más que su personalidad lo que intenta es crear cosas diferentes dando rienda suelta a las necesidades de cada cliente. «Trabajo para gente caprichosa», dice, «ya que ahora lo que prima y se valora más es llevar objetos únicos, que se salgan de habitual».

«Siempre me ha gustado pintar. A esta modalidad me dedico desde hace seis años, pero la verdad es que empecé haciendo graffitis con un grupo de amigos, algo que me dio más de un problema y el pago de alguna multa», recuerda Javier entre risas. Ahora que se encuentra desconectado del mundillo del graffiti dedica parte del tiempo libre que le deja su puesto de jefe de mantenimiento en una conocida cadena de pizzerías para dedicarse a su hobby: «Yo veo más fácil pintar con la pistola que con el lápiz», explica. «Al principio trabajaba con bocetos, pero ahora me resulta más fácil hacerlo todo directamente con el aerógrafo, que es como pintar con lápiz pero sin tocar el papel».

Al principio, 'Job' pintaba lo macabro y tenebroso, pero ha evolucionado y se ha empapado de temática de todo tipo, de modo que en sus creaciones recientes se pueden apreciar desde flores a demonios, pasando por más de un motivo galáctico y futurista.

Detrás de los resultados finales con detalles e ilustraciones de distinto tamaño y forma se encuentra la precisión y buen pulso de 'Job' y la buena técnica con el aerógrafo, herramienta principal de este arte. «Lo único que utilizamos en esta técnica es la pistola, la bomba de aire comprimido y la pintura, que es casi siempre acrílica o de coches, dependiendo de si se pinta sobre papel u otro tipo de materiales como la fibra», comenta.

Normalmente, el procedimiento a seguir es el de utilizar el aerógrafo y pintar directamente sobre el objeto a tratar, pero en los casos más complicados y con decoraciones que simulan estar en relieve utilizan plantillas de vinilo adhesivo «para que no se mezclen los colores».