La maniobra depende de cada uno, pero nunca hay que jugársela». Bajo esta premisa comenzaron los 25 policías locales de Eivissa que asisten al curso de protección de personalidades las prácticas con vehículos. El especialista en maniobras arriesgadas Xisco Contamina, del servicio de seguridad del Govern, les enseñó durante cinco horas las claves para asumir una conducción segura de cara a saber responder ante hipotéticos ataques, persecuciones o escolta dinámica desde un vehículo. La lluvia caída en los dos últimos días dejó la explanada del cuartel de Sa Coma -cedida por gentileza del Ejército para la realización de las pruebas- muy resbaladiza, lo que significó un nivel más exigente para un grupo de aprendices poco acostumbrado a implicarse con la protección de gente VIP.

Antes de llegar al acuartelamiento de Sa Coma, los alumnos habían recibido en forma de clase teórica las maniobras más comunes a efectuar en casos extremos. Los policías nacionales Manolo Ruiz y Manuel García se encargaron de instruirles al respecto. Pero estar sentado frente a una pizarra no es lo mismo que hacerlo frente a un volante y tener que efectuar una conducción de riesgo para proteger a una persona que vaya en un segundo vehículo. El especialista, antes de dejar que los policías locales se aventuraran a realizar cada prueba propuesta, las ejecutó él con una breve explicación sobre cómo tenían que jugar con las marchas, el acelerador, el embrague y los frenos (pedal y manual). Después, y divididos en tres grupos, los cursillistas se introdujeron por turnos en los dos vehículos que emplearon en las prácticas.

Protegiéndose de la lluvia y del frío con chubasqueros y algunos paraguas, los policías asistían expectantes a la evolución de sus compañeros. Cuando éstos trazaban trompos espectaculares, fallaban o se les calaba el coche, el improvisado auditorio aplaudía o se burlaba, depende de la suerte con la que trazara las maniobras. Unos conos sirvieron para simular curvas, paredes u objetos sobre el firme. Luego cada cual hizo los ejercicios mejor o peor, pero todos sentados en la misma posición: «Es muy importante que el conductor se siente frente al volante formando un ángulo de 90 grados, es la postura menos peligrosa en caso de accidente», señalaba Xisco Contamina. El peligro era manifiesto en trazados como en una rotonda que tenían que rodear en segunda y sin pisar el freno, haciendo derrapar al coche sobre el suelo resbaladizo.