Los vecinos de la discoteca Cova Santa se concentraron ayer a las puertas del local para «protestar» por la «inminente continuación de unas obras de gran envergadura amparadas en una licencia de obra menor». Los residentes en esa zona temen que la Comisión de Gobierno del Consistorio otorgue mañana una licencia de esas características a los nuevos propietarios de la antigua sala de baile, que ahora desean reconvertir en un restaurante «glamouroso».

«Todos sabemos lo que significa una obra menor -explicó a las puertas de la discoteca Vicent Marí Torres, portavoz de los vecinos-, que los trabajos no afectan a la estructura del edificio. Pero cambiar la cubierta de la sala es modificar parte de la estructura».

Marí, en nombre de los 60 miembros de la asociación de vecinos y de las 1.300 personas que han firmado contra la ampliación de la discoteca, exigió al Ayuntamiento de Sant Josep que «pida el preceptivo estudio técnico de la obra, para, a continuación, enviarla a la Comisión de Urbanismo y a la de Actividades Clasificadas del Consell Insular».