El delegado d'Educació, Antoni Marí, aseguró hace dos años que se necesitarían 4.000 millones de pesetas para ofrecer una enseñanza de calidad en las Pitiüses, pero transcurridos dos años se han gestionado 3.000 millones de pesetas, una cantidad superior a lo previsto. Sin embargo, la situación económica de la Conselleria no es muy boyante, ya que ha de recurrir a convenios con entidades locales para llevar adelante la construcción de nuevas infraestructuras. Además, no han empezado las obras de los institutos de Sant Agustí ni Sant Llorenç.

La inauguración del instituto de sa Colomina es uno de los logros del Pacte, que se han encontrado en estos dos años con numerosos escollos como la adaptación a los colegios para asumir la escolarización de niños de tres años. Igual que ha pasado con Santa Eulària, Educació contempla una serie de medidas ante el aumento de la población existente detectado, sobre todo en Sant Jordi. La intención es desdoblar algunos centros y «normalizar» la situación en la enseñanza, ya que en centros de Sant Josep y Sant Agustí están separados los ciclos de infantil y primaria, «que crea una cierta problemática en su funcionamiento», precisó Marí.

El delegado de Educació se ha dirigido a Sant Josep para pedirle más terrenos, «pero no se ha dicho nada, ya que es difícil de entrar», recordó en alusión a su negativa a firmar el convenio para Sant Agustí. La situación afecta, además, a Cala de Bou donde el aumento de población es considerable. Otra de las dificultades existentes reside en los ciclos formativos. Un problema que se fundamenta en la falta de espacio existente, como ha sido el caso de Isidor Macabich que tenía previsto ofrecer el ciclo formativo sobre mantenimiento de barcos, ya que el lugar de los talleres se necesita para impartir ESO, por lo que se ha iniciado un estudio para hacer una reestructuración del centro.