La concentración de locales destinados a que la comunidad extranjera efectúe sus llamadas va en aumento. En el barrio de ses Figueretes ha incrementado en los últimos meses el número de locutorios, los cuales llegan a actuar como simulacros de consulados o embajadas para los residentes foráneos de Eivissa. Por 50 pesetas minuto los colombianos, ecuatorianos, senegaleses y nigerianos, entre otras nacionalidades, pueden contactar con sus familiares. Muchos inmigrantes recurren también a ellos como puntos en los que pueden efectuar sus operaciones bancarias, llegándose a fiar más de los locutorios que de los propios bancos.

Mientras, en sus países de origen, los parientes que esperan las noticias o el dinero de sus allegados comprueban la eficacia de este tipo de negocios. La acumulación de locutorios en una misma zona ha suscitado la polémica en grandes núcleos urbanos como Barcelona. Allí el crecimiento de estos establecimientos en los últimos años ha conducido a las autoridades a ser cada vez más estrictos con las normativas que deben cumplir para su apertura. Por el momento, en Eivissa el fenómeno crece sin trabas.

Aunque, como asegura el propietario de uno de estos locales de la calle Periodista Francesc Escanellas, «los registros y peticiones de la licencias son continuos; en dos meses me las han solicitado tres veces. Espero que a partir de ahora cambien porque lo tengo todo en regla». El horario de apertura es de 10 a 0'00 horas. La mayor concentración de usuarios se produce de 19 a 23 horas. «No es porque a esas horas salga más barato, las tarifas son las mismas todo el día. Un suramericano llama a su país de origen por la tarde para que allí le respondan por la mañana».