La paradójica actuación del equipo de Gobierno de Sant Antoni en el asunto de la concesión de la licencia para el concierto de la MTV fue criticada ayer por los dos grupos de la oposición. Oficialmente, el Ayuntamiento no quiere que se celebre el concierto en el hipódromo de Sant Rafel. En la práctica, los concejales populares José Ramon Serra y José Cardona han tanteado a los vecinos para saber por cuánto dinero dejarían de poner objeciones a la celebración del evento. No dirán nada si la MTV les da seis millones de pesetas, que destinarán a comprar bancos para la iglesia y para obras sociales.

Joan Marí Serra, portavoz del Pacte, considera que lo ocurrido es un «precedente pernicioso», al tiempo que se pregunta «en nombre de quién negocian los concejales y cómo se ingresará el dinero». «El Ayuntamiento ha perdido la perspectiva de gobernar», indicó Marí Serra, quien indica que antes de iniciarse una negociación de ese tipo, se tendría que haber reunido la junta de portavoces para «decidir por mayoría» sobre ese asunto. El concejal progresista recuerda, asimismo, que si los vecinos necesitan cambiar los bancos de la iglesia, podían haber acudido al Consistorio, donde ya se aprobó una partida similar, por unanimidad, para la iglesia de ses Païsses.

Por su parte, Vicent Marí Prats, portavoz de Democràcia Pitiusa, criticó la manera de negociar del alcalde, Antoni Marí Tur: «Así parece un chantaje electoral». La táctica del equipo de Gobierno de negarse oficialmente al concierto pero, al mismo tiempo, «amarrar» una compensación económica en caso de que finalmente se celebre, no ha sido del agrado de este concejal.