El problema, por definirlo de alguna forma, que tienen los masajes en nuestra cultura es educacional, ya que por costumbre no está bien que nos toquen ni que nosotros toquemos a los demás. Siempre acudimos a profesionales para que nos masajeen, cuando el tocar, el friccionar es algo instintivo. Cuando sentimos molestia en un brazo o una pierna nos la tocamos por instinto», explicó ayer Maria Tur, fisioterapeuta del Hospital de Cas Serres.

Con estas palabras esta experta inició una pequeña charla ante más de una decena de madres que acudieron a la segunda cita de las 'Trobades en Família' inauguradas el pasado miércoles. «Es importante saber que un masaje, además de reconducir el dolor, es una manera de comunicación muy especial en el caso de los niños», señaló.

Maria Tur, que repartió material explicativo con definiciones, terminología y unas nociones de cómo realizar masajes y movilizaciones, mostró a las madres los secretos para relajar a sus retoños.

Para calmar los nervios y el llanto recomendó masajear la espalda y la cabeza, práctica recomendable también antes de dormir; para los dolores de barriga pequeñas y suaves presiones y vibraciones en el abdomen; y, en los casos de catarro y mucosidad, percusiones muy suaves en el tórax aplicadas por la espalda. La fisioterapeuta aconsejó la hora del baño para llevar a la práctica los masajes: «Resulta más agradable y sencillo», dijo.