Edrick Corban Banks es el responsable de la Iglesia de Habla Inglesa en Eivissa desde hace año y medio. Foto: E. ESTÉVEZ

Pocas son las diferencias que separan a la Iglesia Anglicana de la Católica. Eso ha podido comprobarlo el reverendo Edrick Corban, cabeza visible de la congregación de la Iglesia de Habla Inglesa en Eivissa, dependiente de la diócesis europea y los dictados del arzobispo de Canterbury, que reside en la isla desde hace año y medio.

Con 15 años de trayectoria profesional como sacerdote anglicano, Corban ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria en Nueva Zelanda, país del que es originario junto a su mujer y cinco de sus seis hijos. «Antes de venir a España estuve en Anikland, una ciudad al norte de mi país, y antes de aterrizar en Eivissa pasamos unos meses en Alicante», resumió.

Con una congregación de poco más de 120 personas en toda la isla de distintas nacionalidades, Edrick ha destacado de su estancia en Eivissa las buenas relaciones con la Iglesia Católica. «Nuestras relaciones con el obispo Agustín Cortés han sido siempre muy cordiales y eso se agradece mucho. Gracias a ello podemos utilizar el templo de Sant Rafel y la capilla de Lourdes en Santa Eulària y tenemos en mente, junto al obispo, organizar un culto de unidad, con las diferentes iglesias de la isla en febrero del año próximo», adelantó.

«Entre el dogma católico y el anglicano no hay grandes diferencias. Quizás la más destacable, además de tener como jefe de nuestra Iglesia al arzobispo de Canterbury, es que los sacerdotes podemos casarnos y tener hijos, y que existen algunas mujeres sacerdote, pero por lo demás los textos y las liturgias son iguales», resumió.

A pesar de la cordialidad que su congregación guarda con las demás, Corban no cree que, en estos tiempos de unificación de monedas y criterios económicos se puedan llegar a unir las distintas religiones. «Es imposible unir la Iglesia Católica con las protestantes porque hay muchas tradiciones y raíces culturales diferentes. Es un mismo Dios y la misma Biblia con los mismos sacramentos, pero las interpretaciones y prácticas son diferentes», explica este hombre que dice disfrutar con su trabajo al que se dedica de manera exclusiva.