Tras un largo y estéril debate en el que el concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Eivissa, Joan Bonet, y la portavoz de la oposición, Virtudes Marí, intervenían sin contestar necesariamente a lo que había dicho su oponente político quedaron aprobados ayer tarde los presupuestos del Ayuntamiento de Eivissa para el año 2002.

Bonet y Marí no compartieron ningún punto de vista sobre dichas cuentas, que el PP duda que puedan llegar a cumplirse en vista de lo que ha ocurrido con las del presente ejercicio. Según puso de manifiesto la concejala popular, cerca del 50 por ciento de lo presupuestado en inversiones para 2001 no se ha cumplido y hasta una tercera parte del total ha sido desviado de su objetivo inicial hacia otra partida. «Este es un punto de partida nefasto por lo que hace a su capacidad de gestión. Prometer es muy fácil, cumplir es un poco más complicado», le dijo Marí a Bonet. Y es que el PP centró gran parte de su discurso en echar por tierra la credibilidad del equipo de gobierno del Pacte Progressista y aseguró que no se cumplen las promesas electorales de destinar el 0'7 por ciento al Tercer Mundo ni el 6 por ciento a bienestar social.

Por su parte, Bonet defendió las cuentas recordando que no hay subida de impuestos, que la deuda que se contrae es muy inferior al máximo legal permitido y que muchas de las obras previstas para este ejercicio están ya contratadas, aunque por diferentes razones se haya retrasado su ejecución. Ante la crítica del PP sobre la venta del patrimonio, Bonet contraatacó preguntando al PP qué autoridad moral tiene un partido que «malvendió» el solar del hospital viejo.