El tiempo no pasa en balde para el camino viejo de ses Feixes, un tramo de 1'3 kilómetros de longitud que hace algo más de dos años fue objeto de una importante intervención por parte del Ayuntamiento de Eivissa y el Consell Insular. Su arreglo costó once millones de pesetas, invertidos en la aplicación de una novedosa técnica que evitaba el asfalto pero permitía compactar la tierra. O no ha existido el mantenimiento necesario, o esa técnica ha fallado estrepitosamente.

El camino no está excesivamente frecuentado. Lo utilizan los vecinos de la zona, que no son muchos, algunos aficionados a la bicicleta y un escaso número de personas que pasean por la zona. Y sin embargo, su degradación se ha producido a pasos agigantados y se deja sentir no sólo en los importantes socavones y baches de su trazado, sino también en la basura acumulada a ambos lados, que permiten adivinar que también lo frecuenta algún aficionado a abandonar desperdicios en lugares no aptos para ello.

En 1999, el entonces conseller d'Agricultura, Josep Juan Cardona, y el que era alcalde de Eivissa, Enrique Fajarnés, explicaron que era posible conseguir un suelo consistente sin asfalto. Ya entonces se advirtió de la novedad de la experiencia, que si funcionaba bien podría haberse implantado en otros caminos. Fajarnés afirmaba entonces que se había vertido un líquido que dejaba el camino impermeabilizado, lo que impedía la formación de charcos. La zona, hoy en día, es un barrizal que desmiente aquellas optimistas previsiones.

El actual equipo de gobierno del Ayuntamiento de Eivissa asegura que este camino será incluido en el plan integral de mejora de la zona. El concejal de Urbanismo, Joan Bonet, reconoció que se encuentra en muy mal estado, pero descartó asfaltarlo por el elevado impacto ambiental que supondría. Bonet se decantó por buscar técnicas nuevas que puedan ser más duraderas y por restringir el tráfico todo lo posible.