El devenir histórico de los puertos de Balears con sus proyectos, obras y sus funciones desde el siglo XIX hasta la actualidad ha sido analizado con abundante documentación gráfica en profundidad en el libro «Els gran ports de Balears. Palma, Alcúdia, Maó, Eivissa i la Savina», presentado estas Navidades por el profesor Joan Alemany. Un trabajo a cargo de la Autoritat Portuària de Balears y publicado por la editorial Lunwerg, que establece por primera vez una reflexión sobre la relación entre el puerto y la ciudad.

El estudio se estructura en tres niveles: la infraestructura y las instalaciones portuarias; las principales actividades que se desarrollan, especialmente el tráfico comercial, pero también las de carácter militar, de pesca o de ocio. El tercer nivel está dedicado al estudio de la organización, la gestión y el financiamiento de los puertos. A lo largo de sus 250 páginas se expone también la incidencia que la actividad de los puertos ha tenido en la sociedad balear poniendo de manifiesto la interrelación puerto-ciudad. En este sentido se efectúa un análisis de estas relaciones, resaltando los elementos preponderantes en materia socioeconómica y urbanística entre los puertos baleares y su entorno.

Además de la detallada descripción de los puertos, el libro aporta unos anexos estadísticos que por primera vez tratan de ofrecer la evolución de los tráficos comerciales desde los primeros datos históricos obtenidos en cada segmento. La obra, indica Joan Alemany, acompaña las descripciones con los planos, proyectos, cuadros, fotografías e imágenes más representivas de cada período, coordinando siempre textos e imágenes. El apartado gráfico pone de manifiesto la enorme evolución experimentada por el paisaje portuario de nuestros puertos a lo largo del último siglo. En sus orígenes los puertos estaban abiertos al paseo ciudadano, como todavía ocurre en parte en Eivissa y Maó y hasta los años 80 en Palma.

Durante aquella época y principalmente a lo largo de los años 60, las estaciones marítimas eran mucho más que meros lugares de paso para los pasajeros como sucede ahora. Así, sus bares y restaurantes constituían entrañables puntos de encuentro para muchos ciudadanos que recorrían los muelles para ver los barcos-correo y transatlánticos en sus operaciones portuarias. Entonces, en el tráfico marítimo apenas se esbozaba el actual concepto de carga rodada o por contenedores y la mayor parte de las mercancías se transportaban a granel, en fardos, o botas.

Este libro está prologado por Francesc Triay, presidente de la Autoritat Portuària, y en su opinión constituía un reto desde hace tiempo al dar a conocer a la población balear la evolución y actualidad de sus puertos como clave de contribución al progreso económico, social y técnico de la sociedad balear. Los puertos comerciales de Balears están gestionados de forma conjunta por una única organización desde 1988. En 1990 este organismo se denominó Junta dels Ports del Estat a les Balears y desde 1993 una nueva organización, la Autoritat Portuària de Balears, consolidaba esta agrupación de puertos que coincide con la de los grandes puertos comerciales.

El sistema con los puertos de las capitales de las Islas, indica Joan Alemany, es el resultado de una larga, compleja e interesante historia que se inicia cuando se introducen las primeras grandes civilizaciones en Balears; desde los fenicios y púnicos en Eivissa en el siglo VII a. C. y el Imperio Romano en el siglo II a. C., que crea las nuevas ciudades portuarias de Pollentia (Alcúdia) Palma, Iamo (Ciutadella) y Mago (Maó) a Menorca. Desde entonces en la larga historia de 22 siglos los puertos de las capitales insulares han jugado un papel destacado en la navegación y en la estructura económica de las Illes Balears. El sistema portuario se ha mantenido a lo largo de los años con diferentes importancias relativas del tráfico y las actividades de los diversos puertos.

Los cambios más significativos desde la baja Edad Media han sido la progresiva importancia del puerto y la ciudad de Maó, que se convertía en la capital de la isla en la tercera década del siglo XVIII con la dominación británica y el fenómeno más reciente (desde la década de 1960) del gran crecimiento del puerto de Alcúdia, debido al crecimiento insular y su relación con la industria energética. De esta forma se ha ido creando un sistema portuario a lo largo de la historia con el puerto de cada capital insular como puerto comercial más importante.