Un grupo de niños de entre 18 meses y tres años se implica una vez por semana con un método de aprendizaje musical llamado 'Kindermusik' en la escuela Clave de Sol de Eivissa. Basado en el concepto de música como una habilidad más de la vida cotidiana, los pequeños compatibilizan escuchas con gestos propios como el lenguaje, el movimiento o la imaginación. «Y es que no es recomendable hacer solfeo con 8 año sin haber recibido previamente una educación musical», señala Gregory Denton, director junto a su esposa Àngela, del centro de enseñanza.

«Tratamos de vincular la música al resto de aspectos del desarrollo del niño, que lo asimile igual que lo hace con el lenguaje. El 'Kindermusik' es un método procedente de Estados Unidos que funciona desde hace 20 años que persigue completar el crecimiento del niño con un nivel rítmico similar al cognitivo, social y físico», matiza Gregory. Los pequeños acuden una vez por semana a clase acompañados por sus padres, que se convierten en una figura fundamental para la posterior continuación en sus respectivos hogares. «Los padres aprenden con sus hijos las diferentes actividades en clase y luego las ponen en práctica en casa. Si no fuera así el método dejaría de practicarse en la cotidianidad que necesita».

A esa edad no tienen contactos directos con los instrumentos porque sería muy prematuro ponerles a tocar el piano, por ejemplo. Lo que hacen es escuchar atentamente varios tipos de música que les invitan a desatar su imaginación. El objetivo de Clave de Sol es conseguir en tres o cuatro años la primera promoción. «Cuando tengan entre 5 y 6 años estarán dispuestos a comenzar con los estudios de música, como empezar con la flauta dulce. Tendrán mucho más oído musical que un niño que llegue con la misma edad sin la educación rítmica previa».