El Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan) ha encargado a un ingeniero 'externo' un informe para determinar si es preferible cambiar de ubicación actual de la depuradora de Eivissa o si, por el contrario, no merece la pena y las medidas que está llevando a cabo la Conselleria de Medi Ambient son suficientes para paliar el hedor que produce esa planta desde que fue inaugurada.

El estudio será entregado en marzo y determinará si las costosas inversiones previstas para antes del comienzo del verano servirán para algo. De lo contrario, el ingeniero recomendará desmantelar la estación depuradora de aguas residuales (Edar), trasladarla a otra zona del municipio o, lo más probable, construir una nueva sin los defectos que tiene ésta.

Por otra parte, el consejo de administración del Ibasan decidió el lunes construir un «depósito laminador» en la depuradora de Eivissa. Gracias a ese artilugio, que costará unos 500.000 euros, se evitará que la Edar rebose cada vez que llueve. Tras cada tormenta el emisario abierto de sa Llavanera transporta una pestilente mezcla de heces y agua de lluvia, con las consiguientes molestias para los vecinos. Con el «depósito laminador» el agua sobrante ya habrá sido tratada.

El consejo también aprobó instalar una alarma en la estación de pretratamiento para evitar nuevos vertidos como el de hace una semana, cuando los grupos electrógenos no funcionaron tras un apagón de Gesa. Además, ya se ha iniciado la tramitación del expediente del emisario de la depuradora del Port de Sant Miquel, una obra compleja que costará 750.000 euros.