El fiscal ha requerido al juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Eivissa la realización de más pruebas encaminadas a aclarar si del retraso de un avión sanitario de Ambulancias Insulares en la evacuación de un bebé, que falleció durante el traslado a Barcelona en abril del año pasado, puede derivarse la presunta comisión de un delito de homicidio por imprudencia.

La postura de la fiscalía, que estaba pendiente de informe en este caso, surge después de que la acusación particular presentara un escrito en el que se requería que se incoara causa mediante la Ley del Jurado al sumar los cargos de omisión de deber de socorro a los de imprudencia con resultado de muerte que constituían los argumentos no sólo de esta parte sino también los de Comisiones Obreras y el Colegio de Enfermería. La fiscalía, por contra, no considera que pudiera haber una omisión del deber de socorro sino, en todo caso y directamente, un presunto delito de homicidio cuyas características habría que definir.

El máximo responsable de Ambulancias Insulares, José García Ruiz, ya declaró meses atrás en calidad de imputado. En sus declaraciones alegó que el retraso se debió a la gran cantidad de accidentes que hubo que atender el 7 de abril, fecha en que pereció el bebé después de que horas antes naciera en Can Misses aquejada de problemas respiratorios.

El juez Juan Carlos Torres, titular del juzgado que instruye el caso, tendrá que sopesar ahora si hay base para las nuevas pruebas solicitadas por la fiscalía de Eivissa. El objeto de todas estas pruebas, que incluyen la toma de declaración a nuevos testigos que se quiere que comparezcan y con los que se pretende echar más luz a la investigación, es definir la actuación que se tuvo ese día en la urgencia. Asimismo, con ellas se pretende recopilar con precisión las obligaciones y la regulación del servicio que competía prestar a Ambulancias Insulares para la atención de casos que reclamaban la evacuación en un avión sanitario. La víctima, una niña, llegó a su destino a un hospital de Barcelona con casi doce horas de retraso. Para entonces ya era tarde.