La situación no es buena pero tampoco es crítica. El déficit de precipitaciones a esta altura del año en las Pitiüses es del 13 por ciento, en una escala en la que el cero significa que no hay carencia alguna de lluvias. Esta cifra, sin ser positiva, no es alarmante ya que no se puede hablar de sequía, según los parámetros que utiliza el Instituto Nacional de Meteorología (INM). El año pasado en estas mismas fechas (el índice se mide cada día) el déficit de agua era del 30 por ciento, lo que ya se considera problemático.

«Ya no hay superávit de agua; lo hubo tras los temporales de noviembre. Aunque el déficit no es importante, ahí está», así lo explicaba el responsable de INM de Balears, Agustí Jansà, que añadía que la situación de las Pitiüses, sin ser mala en sí misma, «es la peor del archipiélago». Así, en la isla de Menorca hay un déficit de lluvias escasísimo, del 3 por ciento; y en Mallorca, donde las precipitaciones de noviembre fueron realmente anormales, continúan teniendo un superávit de agua del 7 por ciento, a pesar del tiempo transcurrido.

A pesar de todo, «un déficit como el actual de Eivissa es normal. Mientras no llegue al 20 o 25 por ciento no se puede hablar de sequía», apunta Jansà, desde el centro balear del INM.

Eivissa llegó casi al cero por ciento de déficit de agua durante los temporales de noviembre, «pero como hace semanas que no llueve de forma importante, va en aumento», señala el responsable del centro meteorológico, que añade que, en resumen, se puede decir que «la situación se resolvió pero está empeorando».