E ivissa recibió ayer de nuevo la mañana con lluvia. El hecho es que comenzó a caer agua antes de que los alumnos del colegio Sa Real afinaran sus voces en el karaoke instalado en el centro con motivo de la clausura de las fiestas en honor a Santo Domingo Savio, patrón del colegio. Una misa solemne oficiada por el obispo de la diócesis de Eivissa y Formentera, Agustín Cortés, abrió los actos de un encuentro entre padres, profesores y alumnos marcado por la música. Como una academia particular en una época en la que cantar está de moda por el éxito de la fórmula televisiva «Operación Triunfo».

«No os amontonéis en los micrófonos porque no vais a dejar que vean la pantalla los que van a cantar». Avisos como este se repitieron durante la mañana para que los niños no se amontonaran alrededor del karaoke instalado en el patio del colegio Sa Real. Una iniciativa encaminada a la participación de padres, profesores y alumnos que fue acogida con éxito. Fue inevitable encontrar comentarios entre los asistentes del estilo «de aquí a Eurovisión». Y es que «Operación Triunfo» está de moda y las fiestas como las del centro Sa Real en honor a Santo Domingo Savio no obvian el hecho.

Pero antes de cumplir con las notas musicales hubo que asistir a la misa celebrada a primera hora y que ofició el obispo. Al finalizar la misma la atención se trasladó a la zona cubierta del patio, debido a que la lluvia desaconsejaba ubicarse en otro lugar. Allí se instalaron también. las mesas que acogerían la chocolatada. Un monitor de tiempo libre del Consell Insular ejerció de maestro de ceremonias y llamó a escena a los jóvenes que habían dado el paso de apuntarse con alguna canción en el karaoke.

A pesar de ser el karaoke el acto que más llamó la atención, a media mañana la llegada de numerosas jarras de chocolate y de bollos desvió la fascinación por los micrófonos hacia los vasos. Mientras, el apelotonamiento de personas se dividía en dos para recoger el sustento alimenticio. Pese a ello, las canciones no dejaron de sonar hasta que todos los interesados en hacerse oír cubrieron ese deseo. Sa Real cerró de esta manera las fiestas patronales de 2002, cerca de las dos de la tarde.