La celebración de la procesión estuvo en el aire gran parte del día.

La seriedad y solemnidad características de las celebraciones de la Semana Santa han perdido un ápice de protagonismo este año debido al mal tiempo. Los fuertes vientos y las lluvias el Jueves y el Viernes Santo en las Pitiüses obligaron a improvisar y suspender muchos de los actos preparados en los últimos meses por las cofradías. En Santa Eulària los componentes de la Cofradía de Santa Marta y del Santo Cristo de la Oración adelantaron la puesta a punto de sus respectivas imágenes a la jornada del Jueves Santo. La procesión que abría el programa de actos para conmemorar la Pasión, celebrada el jueves por la noche, contó este año con una novedad: la inclusión de la imagen de Santa Marta, patrona de la Hostelería, que siempre había desfilado el Viernes de Pasión.

El acto congregó a decenas de personas, aunque la lluvia caída a lo largo de la tarde provocó un notable descenso de público. A los cofrades de Santa Marta y el Santo Cristo de la Oración, les acompañaron los Romanos y los capuchinos de la Cofradía del Nazareno, los del Cristo Atado a la Columna, los de Nuestra Señora de los Dolores y los del Cristo Yacente, junto a la Banda de Tambores y Cornetas, la Banda Sinfònica Ciutat d'Eivissa y la Banda Sinfónica Unión Musical de Alaquás.

El empeoramiento del tiempo ayer obligó a que tanto la representación viviente del Vía Crucis de la mañana como la procesión de la noche se suspendiesen. La lluvia, que no cesó de caer a lo largo de todo el día, obligó a los responsables de las ocho cofradías a cancelar el acto para no dañar las imágenes de los santos. En Eivissa los acontecimientos del Viernes Santo también estuvieron dominados por la inestabilidad atmosférica. El Vía Crucis de la mañana, en el que las imágenes de La Piedad de San Telmo y El Cristo de la Agonía de Santa Cruz subían hasta la catedral, no salieron en procesión. La lluvia obligó a los cofrades a trasladar estas dos imágenes en furgoneta: La Piedad hasta la iglesia del Convento de Santo Domingo, y El Cristo de la Agonía hasta la Catedral.

El empeoramiento del tiempo durante toda la tarde provocó la reunión de los presidentes de las cinco cofradías con el obispo en la catedral para decidir la salida o no la procesión. Tras una inspección del estado del suelo, los cofrades mayores decidieron arriesgarse y salir a la calle para cumplir con sus promesas a las 21'00 horas. En Formentera los oficios religiosos se celebraron en sus tres parroquias, pero tan sólo Sant Ferrán acogió en su interior el acto procesional del Viernes Santo.