En principio suena paradójico y quizás, por una regla de tres, lo lógico sería, al igual que el Día del Pedal se celebra subiendo en una bicicleta, festejar el Día del Trabajo desempeñando la labor profesional de cada uno, razonamiento en el que coincidieron las distintas personas que protagonizan este reportaje de cómo se vive el 1º de mayo chollando. «Hay que hacer un homenaje al día», comenta Carlos Bosch, técnico de TEF. «Trabajar en festivo es algo que a estas alturas ya no me planteo porque forma parte de la rutina», añade. «Forma parte del oficio, te mentalizas e intentas trabajar lo menos posible», explica Germán González, jefe de informativos de la cadena, con el que coincide otro de los técnicos, Cayetano Sánchez al señalar que los turnos son más cortos.

Para Toni Ribas, empleado en la gasolinera BP de la rotonda de Pachá, trabajar en festivo es más «light». «Yo lo prefiero porque viene mucha menos gente y su actitud es diferente, todo el mundo entra con una sonrisa en la cara y es mucho más amable que entre semana y eso se agradece», señala. «Alguien tendrá que trabajar para que los demás puedan ir de fiesta», agrega con humor mientras atiende la caja y señala que las ventas en festivo se inclinan hacia productos de limpieza y mantenimiento de los vehículos, chocolates y todo tipo de chucherías.

Una opinión muy distinta es la que tiene Sandra Galán, dependienta de la tienda L.S.D, en la calle Annibal. «Yo lo llevo muy mal, pero qué se le va a hacer, cuando en Eivissa empieza la temporada es lo que toca. Además, en un día como hoy hay más trabajo. Claro, si todo el mundo está en la calle menos yo», afirma Sandra, exagerando su gesto triste por momentos. No muy lejos de allí trabajan Nuria y Silvia Algado al frente de la panadería y pastelería Vadell. Nuria se muestra alegre y no le da ninguna importancia a tener obligaciones en un día de fiesta. «Una se acostumbra a todo. Hemos estado siete u ocho años abriendo todos los días, hasta que hace tres empezamos a cerrar los domingos. Y la verdad es que se agradece todo lo que se puede hacer. Por eso no entiendo a mi hijo cuando dice que con el fin de semana no tiene bastante», comenta sin dejar de sonreír. Las existencias, tanto de la panadería como de la pastelería, desaparecieron rápidamente. «Al haberse nublado todo el mundo se ha quedado por aquí y han arrasado con todo», concluye Nuria.

La librería Vara de Rey y el Burguer King ayer también abrieron. Marta González encargada del establecimiento de comida rápida dice darse cuenta del buen humor de los clientes en un día festivo, mientras que una de las empleadas de la conocida librería bromea afirmando que ellas se encargan de hacer honor al día. La responsable de la librería, Pepita Ribas, se incluye en el grupo de los que se lo toman con filosofía. «La verdad es que ni he pensado en que hoy era fiesta. Para mí es como cualquier otro día, sólo que con más jaleo», apunta.