Los trabajadores de la central térmica de GESA volverán a la huelga el día 10 como medida de presión para mejorar su situación laboral. La decisión se adoptó ayer en una asamblea. De los 35 trabajadores asistentes, solo tres votaron en contra y un cuarto se abstuvo. La jornada de ayer fue de paro, aunque al ser un día festivo no hubo tanta incidencia como en un laboral.

La reducción de las plantillas y la eliminación de categorías profesionales, como el encargado de bloque, son dos de los problemas con los que se enfrentan. «Hace cinco años había 127 trabajadores en la central de Eivissa y ahora somos 73. No ha entrado nadie, se ha ido la gente prejubilando y ese no fue el compromiso de la empresa», explicó José Antonio Escobar, de CC OO. A su juicio, la escasez de personal «afecta a la seguridad y al servicio».

Los trabajadores se han encontrado con un conflicto sindical en mitad de las negociaciones. La huelga sólo ha sido respaldada por la sección sindical de CC OO, pese a que UGT apoyó las iniciativas en las asambleas previas. «UGT no firmó la convocatoria de huelga a última hora. No sólo luchamos contra la empresa, sino también contra otros sindicatos como UGT y ASIE», afirmó Escobar, delegado sindical de CC OO. Una situación que, a juicio de Escobar, no les ayuda en estos momentos: «Los trabajadores están unidos, pero las secciones sindicales no. Puedo entender que la empresa diga que para negociar hay que desconvocar, pero no comparto que lo diga un sindicato. Es el colmo de los colmos».