Los operarios colocaban ayer la bola de espejos en la discoteca Space. Foto: M.F.

Oficialmente, la temporada turística en Eivissa hace ya unas cuantas semanas que ha comenzado, pero quien más y quien menos continúa hoy con los preparativos propios de cada establecimiento. Una discoteca, una heladería, un restaurante y un gimnasio son cuatro puntos de encuentro claves durante la época estival y cada uno de ellos afronta la llegada del turismo de masas a su manera.

Space, un after-hours que recientemente fue elegido como la mejor discoteca del mundo, abre sus puertas el próximo domingo día 2 de junio. Por eso en los días previos las cuatro personas que trabajan durante todo el invierno en la organización de la temporada siguiente intentan que todo marche según lo previsto. Susana Ribas, una de las empleadas de la oficina, explicaba que su trabajo tiene algo que ver con el de quienes preparan las fallas. «Al igual que ellos, una vez quemadas las fallas del año, empezamos inmedatamente a preparar las siguentes».

Es el momento de empezar a planificar el calendario de fiestas y de tramitar los contratos con los mejores DJ's del mundo. «Fritz Pangratz es el encargado de todo eso. Viaja a muchas ciudades para conocer las fiestas que tienen y hace tratos con los promotores cuando le parece que pueden funcionar en la isla», afirma Susana. Pero una discoteca que el día de su cierre llega a reunir a 10.000 personas necesita mucho más trabajo para estar a punto. Hay que diseñar la publicidad, seleccionar la música para editar los CD's del verano, encargar el merchandising o comprar la bebida y el resto del material. Además, Space diseña cada temporada una colección de ropa que se distribuye en diferentes establecimientos de la isla. «El último mes nos encargamos de contratar a una primera tanda de personal y en junio o julio se incorporarán más», puntualiza Susana. Además cada año hay que realizar diferentes reformas en el local: para esta temporada se ha cambiado el sistema de cajas registradoras y se ha instalado una rampa de acceso para minusvalidos.

Mucho más simple es la reconversión que José Benítez lleva a cabo en su gimnasio 'Bulldog', en Eivissa, cuando llega el mes de abril. «El cambio principal es que aumenta mucho el número de matrículas porque la gente quiere adelgazar», señala el encargado. Curiosamente, aunque se pierde a clientes de la isla que empiezan a trabajar, se incrementan también otro tipo matrículas: las de los empleados de las discotecas y las de los turistas que aunque están de vacaciones no dudan en continuar su preparación física durante una semana o incluso tres días.

María Antonia Teixidor y María Antonia Ballester son dos de las propietarias del negocio familiar 'Los Valencianos', una heladería afincada en Eivissa desde el año 1931. «La campaña del helado comienza a mediados de marzo y acaba a últimos de octubre, pero nosotros ya desde enero estamos organizando cosas», comentaban las dos compañeras. Hay que acudir a ferias como la de Alicante o Italia para conocer las tendencias. Este año se incorporan dos nuevos sabores: el chocolate before-eight y el bourbon con piñones. El helado lo elaboran en su propia fábrica según se va viendo la demanda. «Ahora lo que tenemos son tiradas mínimas, pero en agosto puede aumentar hasta en cinco veces», asegura María Antonia Teixidor. La plantillla se reforzará en los meses más fuertes. De unas 20 personas se pasará a casi una treintena entre los trabajadores de los dos establecimientos con los que cuentan en la isla y los empleados de la fábrica.

Muy cerca de esta heladería familiar se encuentra el restaurante Formentera, propiedad de Juan Tur Ramis. El negocio no cierra en todo el año pero en verano, al estar situado en el puerto de Eivissa, uno de los núcleos de mayor afluencia turística del municipio, aumenta considerablemente la clientela. «Todo el material se duplica cuando llega el verano. Ya para empezar abrimos la terraza, que en invierno está cerrada», explica este veterano hostelero.

La carta también sufre algunas modificaciones con el cambio de estación. A los platos habituales se añaden una recomendaciones diarias que suelen consistir en pescado fresco. El restaurante cuenta con dos cocinas; la de arriba, dedicada únicamente a la elaboración de paellas. Por supuesto, con la llegada de los extranjeros, se incrementa la demanda de este plato típicamente español. Y así, el resto. El ritmo frenético se apodera de la mayoría de los residentes en Eivissa. Ya se ha abierto el telón de la nueva temporada, ahora sólo cabe esperar para ver si se zanjará con éxito de público o quedarán tantas localidades sin vender como muchos auguran.