EUGENIO RODRIGUEZ Los empresarios turísticos y vecinos de Sant Antoni se han propuesto poner fin este verano a la venta ambulante. Para empezar, han impreso 3.000 carteles, que se distribuirán en todos los establecimientos turísticos, para advertir a los turistas de que la venta en la calle está tajantemente prohibida y que los productos que se ofrecen en la vía pública pueden ser incluso nocivos para la salud. La iniciativa de la Asociación de Establecimientos Turísticos de Entretenimiento de la bahía de Portmany, Sant Antoni, Sant Josep y Eivissa ha tenido enseguida el respaldo de otras 10 asociaciones comerciales y vecinales de Sant Antoni y del conjunto de la isla para extender la idea a otras zonas turísticas.

«Hemos empezado con 3.000 carteles, pero con el apoyo de todas estas asociaciones imprimiremos los que hagan falta para satisfacer la demanda de todos los que quieran», explicó el responsable del colectivo de los establecimientos turísticos de entretenimiento, Chris Langley. Los empresarios también distribuirán en los comercios y establecimientos turísticos un modelo para denunciar por escrito ante el Ayuntamiento la actividad de los vendedores ambulantes, así como otro para la recogida de firmas de los propios turistas reclamando medidas contra la venta de drogas y la delincuencia callejera, entre otras cosas.

Por su parte, el presidente de la Federación Hotelera, Joan Bufí, destacó el poder que ejercen las mafias que se esconden detrás de las personas que venden en las calles y avisó de que esta práctica ilegal «perjudica gravemente la actividad turística». Los empresarios y vecinos hacen especial hincapié en que esta iniciativa no tiene contenido xenófobo. «No es un plan racista, ni mucho menos. Lo único que hacemos es denunciar una ilegalidad que se está produciendo en la isla», recalcó el responsable de la Asociación de Comercios de Sant Antoni.