La verdad es que todos los abuelitos están esperando durante todo el año esta fiesta porque es la que más les gusta. Nosotros, los del personal del centro, preparamos alguna actuación y ellos se lo pasan de miedo viéndonos sobre el escenario y discutiendo con sus compañeros de planta quién de nosotros lo ha hecho mejor», decía mientras se acababa de preparar Isabel, una auxiliar de clínica que junto con María Dolores, del equipo de limpieza, parodió a Azúcar Moreno y unas sevillanas.

Junto a ellas Pilar, auxiliar de enfermería que ya no está en el centro, se apresuraba a cambiar de vestido tras interpretar junto a Paco Atrium, 'Las cosas del querer'. Y es que el conocido animador es el alma de la Fiesta de la Primavera del hospital de Cas Serres desde hace cinco años: «Él es el que nos ayuda con los números, el vestuario y el maquillaje», comentaba Pilar que, al igual que sus compañeras, cambió por unas horas la bata blanca por coloristas vestidos de fiesta.

Además del personal del centro, familiares y amigos de los pacientes como los jóvenes bailarines Francisco, Estefanía e Imma, o la esteticien Manoli, que imitó a la eurovisiva Rosa, se apuntaron al programa de la fiesta que comenzó con la celebración de una misa y la proclamación de las tres 'Damas de la Primavera' del centro. Éste fue uno de los momentos de la fiesta más entrañables ya que el antiguo jardinero de las instalaciones, Emilio Pe Miguel, fue el encargado de presentar y poner la corona, las bandas y la medalla de Primavera a Carmen Navarro, Catalina Ramis y Pascuala Piñero, esta última auxiliar de clínica del hospital jubilada.

Desde las 17'00 horas el salón de actos y el segundo piso del complejo acogieron a más de 300 personas, internos y familiares, que siguieron atentamente el desarrollo de un festival con mucho ritmo, mucha música y, sobre todo, mucho humor. La parodia del dúo Pimpinela interpretada por Rafi, de la lavandería, y Rosalía, auxiliar de clínica, fue una de las más aplaudidas.

La fiesta finalizó con una merienda en la terraza en la que, además de las delicias dulces y saladas habituales, tuvo como postre los pasteles confeccionados por los familiares de los pacientes. Una exposición fotográfica con más de cuatrocientas fotografías de dúos de pacientes, personal y familiares situada en la entrada del edificio completaba la oferta lúdica del centro que se prepara para recibir en unas semanas la llegada del verano.