Los portavoces de los asalariados del taxi, de la patronal, de la Unión de Consumidores (UCE), de la Policía Local, y el teniente de alcalde, Pedro Campillo, mantuvieron ayer casi tres horas de intenso diálogo «en ambiente cordial y constructivo», según Campillo, sobre posibles vías de mejora del servicio.

«Es verdad que hay posiciones distantes por parte de asalariados (que piden licencias) y autónomos (que apuestan por mejorar el servicio actual sin aumentar los coches) pero hay un interés común de que el servicio funcione», aseveró el teniente de alcalde al fin del encuentro.

Frente a las críticas de los asalariados, que aseguran que el Consistorio no defiende la creación de nuevas licencias, Campillo insistió ayer en que «el Ayuntamiento de Eivissa nunca ha dicho que no se vayan a dar más licencias, sino que primero hay que poner en orden al sector, que ha estado abandonado durante muchos años, para que funcione». Una vez en orden, el Consistorio asegura que evaluará «con rigurosidad cuántas licencias más hay que dar, si hay que darlas».

Con respecto a las denuncias de la patronal sobre el incumplimiento por parte de los asalariados de las guardias obligatorias en las paradas, Campillo aseguró que «cambiar los hábitos de un sector que lleva más de veinte años con una manera de trabajar va a costar esfuerzo». En este sentido, la Policía Local ha realizado tres controles de las guardias y los turnos de los taxistas, detectando irregularidades.