El jugador del Mallorca Alberto Luque llegó ayer a la isla en compañía de su novia. Tras su paso por el Mundial, este joven catalán ha decidido tomarse un descanso, aunque sin irse muy lejos. No es el único que ha viajado a Eivissa, un destino que parece atraer especialmente a estos ases del balón. En los últimos días también se ha podido ver a otros de sus compañeros en la selección, como los jugadores del Barcelona Luís Enrique y Xavi o el portero del Valencia, Santiago Cañizares.

Además, horas después de que Luque aterrizara en el aeropuerto ibicenco, lo hizo el que fue su entrenador en el pasado Mundial de Fútbol, José Antonio Camacho. El seleccionador había anunciado precisamente ayer que no continuaría en su puesto de cara a la próxima temporada, declaraciones que Luque reconoció que le habían sorprendido mucho. El delantero también comentó que el año pasado ya había pasado por Eivissa pero sólo para dirigirse a Formentera, donde pasó las vacaciones. «Por eso ya tenía muchas ganas de venir a Eivissa con más tiempo», añadió. Con la resaca del Mundial de Fútbol todavía reciente, Luque recuerda esa oportunidad como «una experiencia muy bonita».

El jugador pudo formar parte por primera vez de la selección española, una posibilidad anhelada por todos los futbolistas. Luque destacó que el equipo «tenía mucha ilusión por hacer historia en el Mundial, pero al final no pudo ser por cosas extra deportivas», dijo refiriéndose al arbitraje del partido que España jugó contra Corea. «Fue una decepción muy grande, pero se me va pasando y hay que mirar hacia delante y esperar que consigamos algo en el futuro», comentó el futbolista. Actualmente el delantero está pendiente de su futuro deportivo. «Estoy teniendo muchas conversaciones con equipos de España y del extranjero, pero también mantengo contacto con el presidente del Mallorca, Mateo Alemany; si me voy quiero que sea positivo para mi equipo», explicó.