En Eivissa y Formentera el mar tomó ayer el protagonismo que merece tener en una isla y lo hizo a través de la patrona de los marineros, la Virgen del Carmen, que ayer celebró su fiesta con un gran número de actos organizados en su honor.

El Club de Jubilados del Mar de Eivissa y Formentera abrió ayer la jornada en la Casa del Mar. «Es un día muy especial», aseguraba uno de los asistentes a la exposición que se inauguró allí. Del medio millar de miembros con los que cuenta el Club, alrededor de 400 personas participaron ayer en tan importante festividad. Las salas acogen maquetas de distintos modelos de barcos o miniaturas de útiles relacionados con la navegación, todo ello realizado por socios o simples colaboradores de este club. Fue un día largo que seguramente se les hizo corto.

Las autoridades, entre ellas el alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, el vicepresidente del Consell, Vicent Tur o la directora insular de la Administración del Estado, Marienna Sánchez Jaúregui, acompañaron a estos hombres de mar y a sus mujeres, quienes también colaboraron en la muestra con trabajos en macramé y otras labores. La exposición se podrá visitar durante toda una semana. José López, ahora jubilado, fue marinero y ahora se dedica a la construcción de miniaturas y a transmitir sus conocimientos a los más jóvenes en dos escuelas de Eivissa. Es además presidente de la Asociación de Mayores de Santa Eulària y tiene muy claro que «la historia marina no debería perderse». De la misma opinión es el alcalde de Eivissa, Xico Tarrés, quien cree incluso que «se deberían recopilar en un libro la memorias de estas personas; esta es la fiesta más importante de la isla», comentó.

Por la tarde, tras el engalanado de la explanada de la Cofradía de Pescadores se celebró la misa de Campaña. El obispo Agustín Cortés fue el encargado de oficiarla sobre un pequeño escenario. Numerosas personas desafiaron el calor y presenciaron una misa en la que se mezclaba el olor a incienso con el del mar. A continuación, la imagen de la Virgen del Carmen fue trasladada hasta el pesquero Muson que zarpó seguido de varias embarcaciones repletas de curiosos y devotos que quisieron participar en esta procesión por mar.