La desaceleración económica se suele reflejar en un aumento de los índices de morosidad y en un aumentos de dificultades para encajar en los requisitos para acceder a un crédito. Las entidades bancarias y cajas con delegaciones en las Pitiüses consultadas admiten que se ha producido un aumento de los niveles de morosidad a partir de los atentados del 11 de septiembre y la entrada en lo que ya se apunta como un ciclo de desaceleración económica. Aunque las entidades son reacias a dar cifras concretas por las normas de protección de datos se puede estimar una media de un moroso por cada cien personas que solicitan un crédito a la vista de los comentarios efectuados.

Sin embargo, los niveles de morosidad no son, ni por asomo, los que se registraban en 1993, año en el que se alcanzó el máximo de 6'8 morosos por cada cien solicitantes. Desde entonces la morosidad del crédito ha descendido más de 6 puntos y desde 1996 se ha reducido 3 puntos hasta conseguir mínimos históricos de un 0'8 por ciento; un porcentaje que ahora se sitúa entre un 1'1 y un 1'8 por ciento, según el banco o caja consultado.

Las entidades aseguran que sus criterios a la hora de conceder préstamos son los mismos en épocas de bonanza económica que en épocas de recesión o de moderación del crecimiento. «Se pide la justificación de la finalidad y una capacidad de devolución», señalan en la Caixa y Sa Nostra. Lo que sí admiten que puede ocurrir es que, a pesar de que la entidad no haya cambiado de criterios, la situación económica de particulares haya empeorado y que tengan mas difícil justificar una capacidad de pago, lo cual les dificultará el acceso al crédito.

Coinciden en que en épocas de recesión económica el nivel de confianza de los particulares disminuye , se vuelven proteccionistas y aplazan decisiones de inversión no imprescindibles para mejores tiempos. Esto hace que se retraiga la demanda de crédito, un hecho que se está comenzado a constatar en las islas. En la actualidad prácticamente el 60 por ciento de los créditos que se conceden en las Islas están destinados al pago de hipotecas de vivienda.