GUILLERMO ROMANÍ El Ayuntamiento de Formentera, la reserva natural y la Demarcación de Costas se mostraron hace más de un año sorprendidos e «indignados» por el hecho de que Formentera Mar estuviera replantando carpobrotus, una especie que amenaza la vegetación autóctona, a pocos metros de donde se estaba trabajando en su eliminación, todo ello dentro de los límites de la zona protegida, actualmente el parque natural de ses Salines d'Eivissa i Formentera.

Pese a que el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la isla, José Ramón Mateos, asegurara que «verbalmente» se les había informado de que no podían seguir haciéndolo ya, que en palabras del entonces responsable de Medi Ambient, se trataba de «una barbaridad por cuanto se está gastando dinero público para eliminar el carpobrotus, una especie que se considera invasora, que no corresponde a este hábitat pues fue introducida hace relativamente pocos años en la isla, y a pocos metros Formentera Mar esté replantándola», nada se hizo al respecto y el carpobrotus, comúnmente conocido como 'pata de gall' se ha extendido de forma considerable allá donde fue replantado.

El lugar concreto es el situado junto al Camí de la sal y las antiguas casas de la salinera que Formentera Mar comercializa como apartamentos rurales; ocupan una larga franja que bordea el camino que conduce a dichas casas hasta la carretera que va de la Savina a es Pujols bordeando los estanques salineros y s'Estany Pudent.

En este sentido, las quejas de los vigilantes de la Reserva no fueron menores ya que los hechos se produjeron cuando estaban finalizando los trabajos de eliminación de la pata de gall de toda la zona de ses Illetes y Llevant y cuando estaban llegando ya en su labor hasta la Savina, se encontraron con que sus esfuerzos podían resultar inútiles ante el «atentado ecológico» que, según manifestaron, les había dejado «perplejos e impotentes por lo que está sucediendo porque invalida todos nuestros esfuerzos y trabajos». También la Demarcación de Costas intervino en su día, ya que el celador, tan pronto tuvo conocimiento de los hechos, trasladó la correspondiente denuncia sin que más de un año después nada haya cambiado.