Tres médicos de urgencias se han incorporado esta semana al centro de salud de Sant Antoni y al ambulatorio de Santa Eulària como refuerzo a la plantilla del Servicio de Urgencias de Atención Primaria. La ampliación del personal no ha sido temporal sino que tiene un carácter definitivo para subsanar así las deficiencias existentes.

Además de la demanda ciudadana que sufren los centros de salud, el IB-Salut había tenido una petición por parte de los profesionales sanitarios. Con estas contrataciones se pretende así acabar con uno de los problemas que tenían los médicos en los centros de salud al verse obligados a desatender sus consultas para atender las urgencias que se producían en los domicilios. Otra de las disyuntivas que se plantea a los profesionales es que, además, son requeridos por el servicio del 061 y los pacientes que acudían a urgencias.

Los médicos de asistencia primaria de Eivissa presentaron un escrito al IB-Salut en el que se quejaban precisamente de estas cuestiones. Los profesionales de la sanidad exponían que el envío de médicos de centros de salud a atender urgencias coincidían con su horario de consulta «por lo que para atender una urgencia, que muchas veces no lo es, desatienden y hacen perder muchas horas laborables a sus pacientes con el consiguiente coste socio económico y la incomodidad añadida de tener que pedir cita otra vez y acudir a la consulta». Los tres nuevos médicos estarán localizados en el centro de salud de Sant Antoni, aunque también está previsto que su campo de trabajo incluya las casos derivados del servicio de urgencias de atención primaria de Santa Eulària.

El IB-Salut adjudicó estas plazas a través de un concurso público en el que se presentaron 28 médicos y se hizo una selección. Los médicos están trabajando desde el día 22. Los refuerzos en Sant Antoni y Santa Eulària no son los únicos que se han planteado este verano en los centros de salud. Recientemente, el IB-Salut dio a conocer las mejoras en el servicio de evacuación urgente de pacientes que funciona en Formentera para evitar traslados innecesarios a Can Misses que se materializarán a través de un protocolo.