A las ocho de la tarde la caravana llegaba desde el hipódromo de Sant Jordi hasta las salinas. Foto: KIKE TABERNER

REDACCIÓN La carretera de ses Salines presentaba ayer un atasco monumental: una larga cola de coches de varios kilómetros que llegaba hasta la rotonda del aeropuerto.

Algunos residentes de la zona se quejaron de que esta vía es intransitable cuando llega el verano, época del año en la que aumenta el trafico debido a las playas.

Los vecinos reclaman la presencia de agentes de la Policía Local que regulen el tráfico en dirección a Sant Jordi para descongestionar el cruce. «Esto es una vergüenza».