L as Pitiüses son una tierra muy rica por su paisaje, playas, situación geográfica, clima, monumentos históricos y ecosistema. La mención de Patrimonio de la Humanidad incluye no solamente a la parte antigua de la ciudad de Eivissa y sus murallas, sino también a las praderas de posidonia que habitan en nuestros fondos marinos. Estas plantas son bastante desconocidas entre la población en general. La gente no sabe muy bien que tipo de plantas son y que beneficios aportan a el ecosistema.

Hemos de saber en primer lugar que la posidonia es endémica del mar Mediterráneo, que crece entre 1 y 50 metros de profundidad y que en las Balears ocupa 1.500 y 2.000 kilómetros cuadrados de extensión. Según explican los expertos, «la posidonia, frente a lo que la mayor parte del público piensa no son algas, son plantas superiores que tienen flores y se reproducen por frutos y semillas. Son más que hierbas, árboles echados sobre el fondo marino». «Y lo que vemos en las playas son las hojas que los árboles emiten a la orilla», aclaran.

Las praderas son un hábitat importante para el ecosistema marino, tanto para mantener la pesquería como para la biodiversidad en el mar. Estas plantas además tienen un papel destacado en lo que es la dinámica de la línea de costas y de las playas porque disipan el oleaje, y protegen las playas estabilizando los sedimentos. Así, retienen las arenas e impiden que sean erosionadas y se pierdan durante tormentas.

También hay que destacar que las propias plantas producen sedimentos y de hecho «en Balears aproximadamente un 70-80% de la arena que tenemos en las playas ha sido producida en las praderas de posidonia y la forma en que esa arena llega a las playas es la hojarasca, las algas que vemos en la orilla», explica Carlos Duarte, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados.

El desconocimiento generalizado y la actuación humana han supuesto una gran amenaza para la supervivencia de estas plantas. Por eso explica Duarte que «hay que cambiar la actitud del público hacia las praderas de posidonia y hacia la hojarasca que se acumula en la playa de verlo como un problema y un factor negativo a verlo realmente como un criterio de calidad de la playa».

De hecho, desde el punto de vista profesional los expertos concluyen que da más garantía y calidad a una playa el ver una pradera de posidonia que ver una bandera azul flameando en la costa. El público debe saber que al estar en una playa con una pradera de posidonia adyacente, está en un área donde tiene una calidad de agua inmejorable, donde el ecosistema está sin afectar y donde puede bañarse sin ninguna preocupación de índole sanitaria.