A Mauricio Berraquero comenzó a ir a Bali hace 12 años. El idilio con esta isla indonesia empezó con la que entonces era su esposa y desde aquellas fechas hasta la actualidad continúa pasando largas temporadas en esta isla asiática conocida hasta hace poco menos de un mes por sus paisajes exóticos y paradisíacos y la amabilidad de sus gentes.

«Me dedico únicamente a comprar artesanía balinesa para mis tiendas de Eivissa y ello me obliga a pasar largas temporadas allí», explica Berraquero, que destaca la gran amabilidad de los balineses con los turistas y los grandes cambios producidos en la isla en los últimos ocho años. «Durante este tiempo se ha producido un cambio social muy grande como consecuencia de la modernización de toda la isla. Cuando llegué las casas eran de paja y ahora ya se construyen chalets», revela el propietario de Animale y Siempre.

Sin embargo, el atentado registrado durante la madrudaga del 12 al 13 de octubre, supuestamente producido por una banda aramada musulmana afín a Al-Queda en Kuta, una de las zonas turísticas más conocidas y populosas, ha roto los esquemas y la tranquilidad de este coloso turístico. «La explosión se produjo en una zona de bares y marcha muy frecuentada por gente joven. En el momento de la explosión yo estaba en mi casa, situada en el campo, fuera de la ciudad, y ví y oí todo. Creímos que se trataba de una bombona de gas. Nunca pensamos en un atentado», confiesa Mauricio al recordar el momento del suceso que ha sido calificado como el atentado más grave tras el 11-S.

Las consecuencias de este brote de violencia que ha causado grandes desperfectos y 188 muertos son nefastas: «Se han fastidiado cerca de tres millones de puestos de trabajo en la isla y el aeropuerto, que suele tener siempre la zona de llegadas a tope de gente, ahora está saturada en la de salidas», señala este comerciante que a pesar de todo afirma que no cambiará sus hábitos: «No dejaré de ir a Bali por esto aunque sé que mucha gente no volverá por miedo», señala Berraquero .