o somos un buen grupo pero nos queremos más que nadie». Esta modesta frase, que tantas veces ha repetido Manolo Hernández a cada uno de los compañeros que han ido pasando por Foc i Fum, aúna algunas de las principales cualidades del trabajo que realiza esta original agrupación nacida en Eivissa hace ahora 20 años. La espontaneidad, el cariño y el respeto entre sus integrantes han sido básicos en la forma de vida que eligieron Manolo y Luisa Serra, una pareja que consiguió mantener una perfecta simbiosis: creatividad y familia. «Todo empezó por casualidad cuando nos pidieron un cuento de títeres como regalo para un niño; luego nos empezaron a llamar para más cosas y como teníamos dos hijos, nuestros espectáculos fueron evolucionando según crecían ellos», recuerdan.

Los títeres fueron sus primeros instrumentos de trabajo y tras 17 años recorriendo los colegios de Eivissa e impartiendo talleres de manualidades hoy disfrutan al ser conscientes de que han formado parte de la infancia de muchos de esos niños que hoy ya son adolescentes. «Estando de copas se nos han acercado a veces a decirnos que su madre les llevaban de pequeños a nuestros espectáculos y que de mayores nos veían actuando en las discotecas», cuenta Luisa. En los últimos años su público más fiel, el infantil, ha pasado a un segundo plano porque, como explica Manolo, «ha llegado un momento en el que ya lo hemos dado y recibido todo».

Aún así continúan trabajando y creando sin cesar, colaborando en citas como es el Carnaval o el Mercado Medieval que se celebra cada año en Eivissa. Desde hace un tiempo también se les puede ver, siempre acompañados por las 18 personas que actualmente conforman el grupo, en las discotecas de la isla. «Ya nos habían propuesto hacer cosas para adultos, pero un día nos dimos cuenta de que la cantidad de gente que llenaba las discotecas para divertirse no estaba en el teatro y decidimos utilizar ese espacio y todos los efectos de luces y sonido que allí tienen para presentar nuestras actuaciones», recuerda Manolo.

En 20 años son innumerables las experiencias que se acumulan. Los fundadores de Foc i Fum rememoran el disco de música para niños que grabaron en Palma en 1987 u otro momento de los que, como dice Manolo, «ponen los pelos de punta»: «Fue en Barcelona cuando ofrecimos un concierto en un centro de parálisis cerebral. Nos impresionó mucho la energía de todos esos chavales, no tuvimos que cambiar nada del guión, el concierto de rock fue igual que si lo hubiéramos hecho con cualquier otro público», afirma.

Sus vestimentas y sus movimientos resultan familiares a mucha de la gente de Eivissa. Reconocen que, como sucede con cualquier proyecto, los primeros años fueron duros y que la isla ha cambiado mucho. «Pero no nos arrepentimos de nada, hemos hecho lo que mejor sabíamos en cada momento», apunta Luisa. «Antes, la cultura y las fiestas eran siempre lo último; la primera vez que pasamos por el Consell Insular nadie entendía que era lo que queríamos hacer», recuerdan.

Durante los últimos días Manolo y Luisa han recorrido Eivissa repartiendo invitaciones para que nadie falte a la fiesta que el sábado, a partir de las 24'00 horas, se celebrará en la discoteca Pachá. Participarán casi todos los integrantes que en algún momento han formado parte de Foc i Fum, muchos llegados de fuera. «Entre las 24'00 y las 02'00 horas el ambiente será más tranquilo porque esperamos que vaya gente que a lo mejor hace años que no pisa una discoteca». No quieren desvelar las sorpresas pero avanzan que habrá música en vivo, acciones teatrales continuas y una tarta que se sacará a las 01'00 horas. También contarán con la música de los discjockeys David Moreno, Suso, Kiwi y Àngel Linde.