El nombre del Prestige y toda la estela oscura, pringosa y mortal que su imagen conlleva acompaña desde semanas atrás a todo el colectivo de profesionales dedicados a la venta y distribución de pescados y mariscos frescos en la isla, muchos de los cuales tienen contacto directo con mayoristas de las costas atlánticas amenazadas mortalmente con la marea negra de fuel, que ha convertido las costas gallegas y cantábricas en un auténtico foco de desesperanza.

«Estamos empezando a notar poco a poco las consecuencias de todo este atentado que se ha hecho contra la Humanidad», explicaba José Gracia, responsable de Eivipeix, una pequeña empresa distribuidora de pescado de Sant Josep. «Hasta ahora no ha habido escasez pero a partir de la semana que viene empezaremos a notar la falta de pescados y mariscos procedentes de Galicia. Es mucho el pescado que se va a morir», añadía este pescadero que trabaja habitualmente con mejillón y almeja procedente de O Grove, en la Ría de Arousa, además de rodaballos de piscifactoría.

Punto de vista similar comparte con José Gracia Agustín Pineda, director de Montiel, una importante distribuidora de pescado fresco en Eivissa. «Nosotros traemos bivalvos y algo de marisco todo el año procedente de Galicia a través de Mercamadrid y, de momento, la cosa no nos ha afectado demasiado. Eivissa no es un mercado que consuma demasiado marisco ahora y se habría notado más la escasez si el hundimiento del Prestige hubiese sido en verano. Afectará la demanda que se crea con la Navidad, pero, actualmente, todo el mercado de pescados y mariscos está muy internacionalizado y ya se han empezado a buscar mercados alternativos sobre todo del Mediterráneo, Francia y Portugal», señalaba este empresario que ha comentado que la falta de coordinación y la desorganización han agravado el problema.

Su hermano, Manuel Pineda, comenta que el único problema puede surgir si el fuel afecta a las zonas en que se cría el mejillón, producto de gran aceptación entre los consumidores locales. Genaro González, socio de Es Freus, que a diario se mueve por toda la isla para abastecer de pescado fresco a restaurantes, ya ha notado la marea negra: «Los precios de momento se mantienen porque lo peor ha comenzado estos días pero la semana que viene ya se empezará a notar la subida. De momento, ya se ha notado la crisis del percebe», comentaba en pleno reparto.