Alrededor de 300 personas habían ocupado a media tarde de ayer sus sitios, frente al escenario instalado en Vara de Rey, para presenciar cómodamente las múltiples actuaciones que se fueron sucediendo con motivo de la celebración de la tradicional xacota payesa. Tras la exhibición de baile del grupo infantil de Sa Colla de sa Bodega (agrupación que colabora en esta cita organizada por el Ayuntamiento de Eivissa), la fiesta tomó un cariz más 'inocente'. Tras una sonora traca que parecía predecir lo que iba a suceder, y para demostrar que sobraba el sentido del humor, la entrega de la emprendada sorteada a través de una rifa a la joven ibicenca Catalina Riera, estuvo salpicada por el humor. Ante las risas de los presentes, la afortunada, a quien su novio le había regalado el número ganador, recibió en un primer momento joyas de lo más surrealistas, confeccionadas con pasta o con la imagen de Groucho Marx. Pero finalmente, cuando la presidenta de sa Colla de sa Bodega, Carmen Tur, se decidió a aclarar el entuerto, pudo mostrar a todos los presentes la cruz, las dos agujas, la joya, el collar y el cordoncillo de oro, todo ello valorado en unos 9.000 euros. La ibicenca Catalina Riera, todavía sorprendida por el inesperado regalo, comentó que no sabía qué haría con las joyas. Por su parte, Carmen Tur anunció que el año que viene se sorteará una anillada compuesta por 24 anillos de oro.

El resto de la tarde transcurrió, bajo la carpa de Vara de Rey, entre las actuaciones de sonadors y cantadors como Toni Marí, Juan Antonio Guasch, Josep María Cardona, Marc Escandell, Vicent Marí, Jordi Perpiñá, Agustí 'Torretes', Margalida Roig, Joan 'Agustinet', Salvador 'Cardonet', Pepita 'Palau', Jordi Serapio, Pep 'Xico', Joan Carles Roselló, Ricardo Carbonell, 'Xiberta' y Marc. Se echaron en falta la presencia de los formenterenses, que tuvieron que suspender su viaje a causa de los fuertes vientos que ayer se registraron en las Pitiüses y la ausencia de Pep 'Xauet', que tuvo que cancelar su actuación por motivos familiares. Por otra parte, hubo inscripciones de última hora, como la de Pepa de can Miquel de es Cubells.

No faltaron en esta fiesta, que se celebraba tradicionalmente el 26 de diciembre hasta que se retrasó para evitar que los compromisos familiares de ese día festivo limitasen la asistencia, las orelletes y la sobrasada que se repartieron entre los asistentes y especialmente entre los cantadors y sonadors que esperaban el momento de su exhibición. Al menos durante un par de horas dejaron de sonar los villancicos para oírse sonidos propios de las Pitiüses. Los más inquietos repartieron su tiempo entre las actuaciones y otra zona del paseo, en la que varios trabajadores del Ayuntamiento repartían sobrasadas, butifarras y salsa de Nadal gratuitamente.

Y es que en el paseo de Vara de Rey ayer era difícil abrirse paso y, al menos durante un día, las colas del puesto de los churros decreció frente a los productos de la tierra.

Sara Yturriaga