Cuando el próximo mes de mayo el mallorquín David Martínez cumpla 48 años, se encontrará conduciendo su Zip catalizada de 49 cc, de la casa Piagio, en dirección hacia alguno de los 8.108 pueblos que constituyen España y de los que ya ha visitado 6.200. Conocido como 'El Correcaminos', este aventurero inicia hoy, desde Eivissa y con dirección a Dénia y posteriormente a Murcia, su vigésima vuelta al mundo en motocicleta, bautizada como 'La vuelta de los 1.000 pueblos'. No será la última, pero sí será diferente a las anteriores porque en esta ocasión se ha marcado como meta, además de acabar el recorrido en un plazo aproximado de un año, recoger todas sus impresiones y las miles de fotografías que toma por el camino en un libro. «Aunque voy a pasar por 700 pueblos, en el libro sólo recogeré detalladamente 300 y a cada uno le dedicaré una página; las 20 restantes las emplearé en agradecimientos», explica. David Martínez, natural de la localidad de Soller, donde siempre le esperan su mujer y sus dos hijos, se toma muy en serio la forma de vida que ha escogido y no permite que nadie le califique de «vividor». «Hay quien me dice que lo que yo hago es muy fácil y yo les reto a que lo hagan ellos, porque no se trata simplemente de pasar por delante de un pueblo», dice.

Y es que detrás de la historia de David no hay sólo 1.200.000 kilómetros, sino también un gran poder de persuasión que en todos estos años ha empleado en convencer a todos los alcaldes de los pueblos por los que ha pasado para que aporten una pequeña colaboración económica y pueda financiar sus viajes. «El alcalde de Formentera ya ha colaborado y el de Eivissa, Sant Joan y Sant Josep lo han prometido. Mañana (hoy para el lector) tengo una cita con Pilar Costa, presidenta del Consell, y vaya donde vaya voy a la búsqueda y captura del alcalde, a su casa o bajo a una mina si hace falta», asegura, añadiendo que ese trabajo tiene también su mérito. El mallorquín recalca en numerosas ocasiones a lo largo de esta entrevista que, pase por donde pase, citará a «Formentera y Eivissa», como los lugares donde inició el viaje. Además, da las gracias reiteradamente a Moto Track 2 y a Baleària por su colaboración.

Presume de conocer España mejor que el propio Labordeta- «él va en furgoneta y con un equipo»- y pretende dar a conocer «la España oculta, los pueblos más insólitos». Entre los rincones más bellos nombra a Aina, en Albacete, al pueblo medieval de Pals, en Girona, y La Alberca en Salamanca, «con su empedrado y sin un sólo cartel; allí uno tiene que saber a dónde quiere ir».